Las Hormigas
El olfato resulta ser para las hormigas el arma más poderosa para su supervivencia. Sus antenas son capaces de distinguir sutiles olores producidos por los hidrocarburos. La cerúlea superficie externa del cuerpo de una hormiga contiene cerca de 25 hidrocarburos diferentes, que emiten olores, estos les permiten seguir huellas. Es a través del olor como identifican las hormigas amigas y descubre sus enemigos, olfatea los huevos y reconoce su nido.
Las hormigas reaccionan ante su entorno secretando olores que son depositados en el suelo. Estas en sus desplazamientos se valdrían de dos clases de marcas de olor: una secretada por la hormiga cuando encuentra el nido o un rastro de nido y la otra secretada cuando encuentra alimento o una marca de alimento.
Investigaciones como las relacionadas con la hormigas tropicales Cardiocondyla Obscurior cuyos machos sin alas, permanecen en el nido y luchan hasta la muerte impregnando a sus enemigos con un olor que provoca el ataque del resto de hormigas trabajadores o la vida de los machos alados que pueden disfrutar del sexo dentro y fuera del nido sin ser atacados gracias a que secretan un olor femenino idéntico al de las reinas con el que confunden a sus enemigos. Otros estudios sobre hormigas rojas recolectoras Pogonomyrmex barbatus, que logran hacer su labor sin supervisión intercambiando en ocasiones sus tareas para satisfacer las necesidades del hormiguero,todo gracias en buena parte, al extraordinario sentido del olfato.
Cuando las hormigas tienen que comer, se guían por sus órganos sensoriales y abren su ruta, marcada por sus hormonas que atraen fuertemente a sus congéneres. Cuando un grupo de hormigas exploradoras regresa al nido, es el olor de su cuerpo lo que sirve a las otras trabajadoras para saber si deben salir y recolectar la comida. En este momento el olor está activado hasta que lo dejan de usar y este se volatiliza.
Este tipo de conocimientos, podrán aplicarse en el futuro para controlar las plagas de estas colonias de hormigas. Hay muchos científicos interesados en entender las interacciones sutiles que existen entre los insectos que crean grandes y elaboradas comunidades. Además de los biólogos y los ingenieros esperan aplicar sus enseñanzas para resolver problemas intrincados en la ciencia de los ordenadores, las redes de comunicaciones e incluso en robótica
Mónica Sánchez Parra
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